Por: Mauro Adán Castro
A pesar de los compromisos de campaña asumidos por Alfonso Martínez Alcázar, la ciudad de Morelia se sume cada vez más en un preocupante estado de incompetencia económica. De acuerdo con los indicadores del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), la calificación de desarrollo económico de la capital michoacana ha descendido a un nivel considerado «media baja».
Factores como el robo de vehículos, secuestros, homicidios e incluso la contaminación han contribuido al deterioro de la calificación de Morelia como destino atractivo para la inversión en un lapso de menos de dos años, señalando la falta de políticas efectivas de gobernabilidad municipal.
Previo a la gestión de Alfonso Martínez Alcázar, la ciudad se encontraba en la posición número 15 de las 23 ciudades con mayor competitividad a nivel nacional. Inclusive, la valoración del IMCO, basada en 69 indicadores, clasificaba a Morelia como «media alta» en cuanto a un entorno propicio para la inversión.
Sin embargo, las omisiones y la falta de acciones concretas por parte de Martínez Alcázar para mejorar las condiciones económicas y atraer la inversión extranjera han tenido consecuencias negativas palpables. La ciudad enfrenta ahora una depreciación significativa en su percepción como centro de negocios, afectando la posibilidad de atraer inversiones y empresas generadoras de empleo.
La apreciación negativa por parte de las calificadoras no solo refleja un estancamiento en la atracción de inversiones extranjeras, sino también el riesgo de pérdida de empleos y otros aspectos adversos para los habitantes de Morelia. La necesidad de revisar y corregir las estrategias económicas y de seguridad municipal se vuelve imperativa para revertir esta tendencia preocupante.
